Sabemos que el consumo y difusión de desinformación puede generar hostilidad al entorno y al otrx e incluso acciones violentas basadas en hechos falsos, como se ha evidenciado en los últimos años. En muchos casos, nuestro quehacer político y militancia feministas nos acerca a situaciones donde observamos vulnerabilidades en el ámbito de la desinformación y la seguridad digital.
En octubre de 2021 nos embarcamos en una nueva aventura y convocamos a activistas feministas, mujeres organizadas y colectividades políticas, que no cuentan con personería jurídica, a ser parte de un proceso dividido en tres etapas:
- La creación de un estado del arte sobre la desinformación en Cochabamba y La Paz,
- Las jornadas de entrenamiento contra la desinformación y seguridad digital,
- La postulación de proyectos para optar por por la beca económica y de acompañamiento a cuatro proyectos en la producción de campañas.
Más de 60 personas participaron de este proceso en nuestras sesiones que tuvieron lugar, en Cercado y Sacaba del 20 al 23 de octubre de 2021; y en La Paz y El Alto del 27 al 30 de octubre del mismo año. Entre otras, participaron colectivas y organizaciones tales como Ramonas revolucionarias, Yapita, Mujeres de Fuego, Mujeres Nueva generación, Colectivas al Sur, Juventudes Revolucionarias Nuevas Ideas, colectivo Machaq Warmi, Pan y Rosas, y el colectivo TGLB El Alto.
Los hallazgos de las etapas 1 y 2 fueron abrumadores. Detectamos que la violencia contra las mujeres y disidencias sexuales no solamente ha crecido en el espacio digital en relación a procesos que acompañamos anteriormente, sino que los ataques ahora hacen mayor énfasis en el racismo, la condición de clase y la homofobia; y más preocupante, ha empezado a tomar cuerpo en la calle por ejemplo a través de persecusiones en lugares de trabajo o domicilios privados, y amenazas de violencia sexual explícita durante las movilizaciones sociales. Estos son los resultados de esta etapa:
Combinamos estos hallazgos con la valiosísima experiencia de activistas feministas, mujeres organizadas y colectividades políticas y nuestra experiencia técnica para elaborar materiales informativos para reforzar las prácticas sobre manejo de desinformación y seguridad digital de las colectivas feministas.
Producimos cuatro infografías difundidas a través de nuestras redes sociales y grupos de Whatsapp internos para garantizar la llegada de este material a otras compañeras.
La tercera fase de este proceso tuvo como protagonistas tres proyectos:
- La letra muerta de la ley vs. la realidad, propuesta realizada por las Promotoras Comunitarias Machaq Warmi de El Alto; iniciativa enfocada en generar una campaña para sensibilizar sobre la atención de calidad y calidez en la atención de médicos forenses a víctimas de violencia.
- Ciberactivista, defiende tus derechos, elaborada por el Colectivo TLGB El Alto; que se propuso dotar de herramientas de ciberactivismo que les permitan identificar y combatir ataques de violencia contra las diversidades sexuales.
- Plandemia, presentado por Juventudes Revolucionarias Nuevas Ideas de Sacaba para generar estrategias rápida para la identificación de desinformación acerca de la COVID-19 partiendo de la capacitación interna y culminando en un diálogo presencial para abordar el tema de la desinformación.
Un proceso que tomó alrededor de 7 sesiones de acompañamiento online y más de 12 horas de horas totales de trabajo, en el que se acompañó la estrategia de cada propuesta y su puesta en marcha; así como un apoyo económico simbólico para apoyar sus iniciativas. Esta es la experiencia que ellas, él, relatan sobre este tiempo junto a Warmi.Red:
…¡me cuidan mis hermanas!
Así titulamos nuestra breve guía de cuidado colectivo y autocuidado digital para activistas feministas. Un documento compilado por el equipo de Warmi.Red pero principalmente nutrido de la experiencia, aprendizajes, sentires y dolores de compañerxs activistas feministas, mujeres organizadas y colectividades políticas; publicado bajo licencias libres para que se un instrumento útil para quienes se inician en la militancia feministas y para reforzar las prácticas digitales, individuales y colectivas, al interior de los colectivos.
Una herramienta que seguirá en construcción y revisión, y que esperamos aporte al movimiento feminista en Bolivia.